Cierva y dos cervatillos, de Arthur Fitzwilliam Tait.

Arthur Fitzwilliam Tait fue un artista británico-estadounidense conocido principalmente por sus pinturas de vida salvaje. Durante la mayor parte de su carrera estuvo asociado con la escena artística de la ciudad de Nueva York. A los ocho años, debido a que su padre se declaró en quiebra, fue enviado a vivir con unos parientes en Lancaster. Fue durante esa época cuando se encariñó con los animales. Más tarde, en Manchester, Inglaterra, Agnew & Zanetti Repository of Art adquirió a Arthur Tait, quien comenzó a aprender a pintar por su cuenta cuando tenía doce años. A fines de la década de 1840, tomó conciencia de las Américas mientras asistía a una exposición de George Catlin en París. Emigró a los Estados Unidos en 1850, donde estableció un pequeño campamento de pintura en Adirondacks para pintar durante el verano. A partir de 1852, Currier & Ives reprodujo litografías de sus obras para publicitarlo. Otro factor que fomentó su talento fueron las exposiciones que se celebraron en la Academia Nacional de Diseño de Nueva York a finales del siglo XIX, en las que se mostraron más de 200 cuadros suyos. En 1858 fue elegido miembro de pleno derecho de la Academia. Se identificó con la vida artística de Nueva York hasta su muerte en Yonkers, Nueva York, en 1905. Pintó aves de corral y pájaros salvajes, así como ovejas y ciervos, con gran destreza, y las reproducciones de sus diminutos paneles de pollos estaban muy de moda.