De todos los artistas que hemos presentado, Gustav Klimt es probablemente el más indefinible en cuanto a su lugar en la historia del arte. Está clasificado como parte de múltiples movimientos artísticos, entre ellos: Art Nouveau, Simbolismo, Secesión vienesa, Arte moderno, Neoclasicismo, Realismo, Surrealismo y Romanticismo.
El movimiento con el que más se identifica es la Secesión vienesa, en la que fue una figura destacada. Este movimiento está estrechamente relacionado con el Art Nouveau y fue creado por artistas que renunciaron a la Asociación de Artistas Austriacos en protesta por su apoyo a estilos artísticos más tradicionales.
El Art Nouveau (lit. Nuevo Arte) es un movimiento artístico internacional que empezó a ganar popularidad poco después de la Secesión de Viena. Se caracteriza por temas naturales como las flores y las formas orgánicas y fluidas. El alcance del Art Nouveau no solo abarcó las bellas artes, sino también las artes decorativas y las artes aplicadas, así como el mobiliario y la arquitectura.
El amor, la intimidad y la sexualidad son temas comunes en la obra de Klimt. Su obra más popular, El beso , fue pintada en algún momento entre 1907 y 1908, durante el apogeo de su "Período Dorado". Esta pintura, que se inspira en una amplia variedad de influencias, desafía cualquier etiqueta. La pareja que se abraza está ataviada con elaboradas túnicas decoradas en un estilo influenciado por las formas orgánicas del Art Nouveau. Existe un conflicto entre la bidimensionalidad y la tridimensionalidad, intrínseco a la obra de Degas y otros modernistas. Esto, junto con la composición simplificada y descentrada (la cabeza del hombre termina muy cerca de la parte superior del lienzo, una desviación de las "reglas" occidentales tradicionales), muestra la influencia de los grabados japoneses.
El uso de pan de oro recuerda a las pinturas medievales con fondo dorado, los manuscritos iluminados y los mosaicos anteriores. Klimt se inspiró mucho en los mosaicos que vio en el norte de Italia. Los patrones en espiral de las prendas recuerdan al arte de la Edad de Bronce y a los zarcillos decorativos que se ven en el arte occidental antiguo desde antes de la época clásica.
El árbol de la vida de Gustav Klimt
Gustav Klimt falleció a los 55 años por complicaciones derivadas del brote de gripe española de 1918. Un hecho inquietante que compartir en estos tiempos de pandemia mundial. Dejó muchas obras inacabadas. No podemos dejar de preguntarnos adónde habría llevado su visión absolutamente única si hubiera vivido más tiempo.