Una figura interesante de la historia del arte es el pintor francés Henri Rousseau (1844-1910), también conocido humorísticamente como "el aduanero", ya que era recaudador de impuestos y de peajes. Su primera obra conocida, Paisaje con molino de viento, no se produjo hasta que tenía 35 años. Comenzó a pintar en serio a principios de los cuarenta y se retiró de su trabajo habitual para dedicarse al arte a tiempo completo a la edad de 49 años. Fue ridiculizado por los críticos durante su vida, pero llegó a ser reconocido como un visionario autodidacta y una inmensa influencia en las generaciones de artistas de vanguardia que vendrían después.
Su obra se caracteriza por una ingenuidad en la composición que contradice su complejidad técnica. En 1907, un joven Pablo Picasso vio un cuadro de Rousseau que se vendía como lienzo para ser pintado encima y quedó absolutamente asombrado. Inmediatamente organizó una visita a Rousseau y ofreció un banquete en su honor. Entre los asistentes estaban los futuros titanes del movimiento artístico de vanguardia de Europa.
Rousseau es más conocido por sus pinturas de la jungla, la primera de las cuales fue Tigre en una tormenta tropical (¡Sorprendido!) , terminada en 1891. (Encuéntrela en Amazon aquí)
Aunque se decía que pasó algún tiempo en México en la década de 1860, nunca salió de Francia. Se cree que su inspiración provenía de los jardines botánicos de París y de grabados y libros. Fue capaz de crear pinturas tan exuberantes con su poderosa imaginación. Los franceses de esa época estaban cautivados por el exotismo y el peligro, como la percepción del salvajismo de los animales en tierras lejanas. Por lo tanto, la mala recepción de su arte parece ser el resultado de su estilo y no de la temática.
Al no lograr que el jurado de la Academia de Pintura y Escultura aceptara su cuadro, Rousseau lo expuso en la Sociedad de Artistas Independientes de París, que no tenía jurado y estaba abierta a todos los artistas. El cuadro recibió críticas mixtas. La mayoría de los críticos se burlaron de la obra de Rousseau por infantil, pero Félix Vallotton, un joven pintor suizo que se convirtió en un importante artista de la xilografía moderna, dijo: "Su tigre sorprendiendo a su presa es una 'vista obligada'; es el alfa y omega de la pintura y tan desconcertante que, ante tanta competencia e ingenuidad infantil, las convicciones más arraigadas se ponen en tela de juicio".
La gitana dormida fue pintada en 1897. Rousseau describió su cuadro de la siguiente manera: "Una mandolinista errante yace con su jarra a su lado (un jarrón con agua potable), vencida por la fatiga en un sueño profundo. Un león pasa por casualidad, percibe su olor pero no la devora. Hay un efecto de luz de luna, muy poético". (Encuéntrelo en Amazon aquí)
Aunque el estilo pictórico "primitivo" de Rousseau no fue bien recibido por los críticos de su época, sus cuadros cautivaron los corazones de sus contemporáneos, entre ellos: Picasso, Matisse y Toulouse-Lautrec. Sus cuadros inspiraron a muchas generaciones posteriores y complementan perfectamente la audaz simplicidad de muchas tendencias de diseño de interiores actuales. Sus cuadros también son un recordatorio para que nos mantengamos fieles a nosotros mismos y a nuestras convicciones.