La victoria sin precedentes de Donald Trump en las primarias republicanas de Iowa consolida su dominio en el partido, lo que marca un paso significativo hacia una posible tercera nominación presidencial consecutiva. El apoyo diverso, especialmente fuerte entre los cristianos evangélicos blancos y aquellos sin título universitario, pone de relieve la nacionalización de las contiendas de nominación. Los resultados plantean preguntas sobre la relevancia actual de Iowa, lo que deja a otros candidatos lidiando con el desafío de ganar terreno frente a la influencia duradera de Trump en el Partido Republicano.
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