Donald Trump demostró su dominio continuo dentro del Partido Republicano al obtener una victoria sin precedentes en las primarias republicanas de Iowa. A pesar de desviarse de las normas tradicionales de campaña, como saltarse los debates de las primarias y evitar la politiquería minorista, el triunfo del expresidente marcó un hito significativo en su búsqueda de una tercera nominación presidencial consecutiva para el Partido Republicano.
La victoria de Trump, con más del 50% de los votos en Iowa, demostró el apoyo inquebrantable del que goza entre los republicanos. Esta rotunda victoria redujo aún más el campo republicano, ya que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, se aseguró un distante segundo puesto y el empresario de biotecnología Vivek Ramaswamy se retiró de la carrera, apoyando inmediatamente a Trump.
Las encuestas de opinión revelaron la naturaleza diversa de la base de apoyo de Trump. Cabe destacar que el 53% de los cristianos evangélicos blancos respaldaron a Trump, lo que subraya su sólida posición en estados como Carolina del Sur, donde los evangélicos desempeñan un papel crucial en el electorado de las primarias. Si bien los graduados universitarios estaban divididos, Trump dominó entre aquellos sin título universitario, obteniendo el 67% del apoyo. Nikki Haley encontró apoyo entre moderados y liberales.
A medida que la carrera se desplaza hacia un territorio más favorable para Haley, ella se posicionó como el antídoto a una posible revancha entre Biden y Trump. Haley, a un solo dígito de Trump en New Hampshire, apunta a aprovechar un electorado primario más moderado para posicionarse como la única alternativa del partido a Trump.
DeSantis, pese a haber sobrevivido a una campaña difícil en Iowa, se enfrenta a una batalla cuesta arriba. Las encuestas indican una brecha significativa entre él y Trump y Haley en New Hampshire, y el resultado puede depender de factores externos como los próximos juicios de Trump o posibles tropiezos de Haley.
Los resultados de Iowa pusieron de relieve la nacionalización de las contiendas de nominación presidencial, lo que disminuyó la influencia de los funcionarios locales, los activistas y los esfuerzos de campaña tradicionales. Si bien el estado evitó el caos de las primarias demócratas de 2020, persisten las dudas sobre la relevancia continua de Iowa en la configuración del proceso de nominación.
En resumen, la contundente victoria de Trump en Iowa prepara el escenario para una formidable candidatura presidencial, dejando a otros contendientes lidiando con el desafío de ganar terreno frente a la duradera influencia del ex presidente dentro del Partido Republicano.