El puntillismo es una técnica que consiste en pintar puntos diminutos pero distintos uno al lado del otro para formar una imagen. En la pintura tradicional, el artista mezcla los colores correctos en una paleta, mientras que los pintores puntillistas colocaban puntos de colores sobre el lienzo para que los propios ojos del espectador pudieran mezclarlos y ver los colores y tonos deseados.
El puntillismo, que se desarrolló como parte del movimiento postimpresionista a fines de la década de 1880, fue acuñado por los críticos de arte para ridiculizar esta técnica aparentemente sin sentido. Su burla fue miope. El puntillismo no solo se convirtió en uno de los movimientos artísticos más emblemáticos de la historia, sino que también aprovechó intuitivamente la ciencia del ojo y el color. La mezcla de puntos de colores se encuentra en todas partes en la tecnología actual, desde las impresoras a color hasta las pantallas de televisión y los monitores.
Mañana en el Sena cerca de Giverny de Claude Monet
Se sabe que los impresionistas, como Monet, Pissaro y Van Gogh, utilizaban pinceladas de color para crear sus cuadros, pero los puntillistas llevaron esta idea más allá. Los puntos están marcados deliberadamente teniendo en mente la ciencia de la teoría del color.
Los artistas franceses Georges Seurat y Paul Signac fueron los principales creadores del puntillismo, que se desarrolló como respuesta al movimiento popular impresionista. El puntillismo contrastaba fuertemente con otras técnicas artísticas que se crearon durante el movimiento impresionista, ya que exigía que los artistas adoptaran un enfoque mucho más científico. El impresionismo todavía se basaba en gran medida en las opiniones subjetivas de los artistas individuales de la época, con las que muchos artistas que buscaban una nueva técnica artística no estaban de acuerdo.
La obra más famosa del puntillismo, Una tarde de domingo en la isla de La Grande Jatte, dio origen al movimiento neoimpresionista, el primer movimiento de arte moderno verdaderamente vanguardista. Se trata de una pintura emblemática del arte mundial, cuyo encanto y misterio aún cautivan a los espectadores de hoy.
Seurat y Signac intentaron recrear pinturas que representaran la luz en sus cambiantes cualidades mediante una nueva técnica, con el fin de producir pinturas con una brillantez abrumadora. Seurat comenzó a colocar pequeñas pinceladas y puntos de color puro sobre un lienzo en determinados patrones que se transformarían en hermosas imágenes al contemplarlos juntos. Como los colores no se mezclan para el puntillismo, la vitalidad de cada color puro brilla en el lienzo, lo que inspiró el vibrante movimiento artístico fauvista y, con el tiempo, el movimiento surrealista.
Henri-Edmond Cross, cuya obra fue fundamental para el desarrollo del fauvismo, fue aclamado como un maestro del neoimpresionismo. Utilizó el puntillismo como su estilo de elección, ya que encontró su propio estilo único, optando por utilizar trazos en bloque en lugar de puntos. Las superficies resultantes se asemejaban a mosaicos y pueden considerarse precursoras del fauvismo y el cubismo.
Pinos a lo largo de la orilla, de Henri Edmund Cross
Esta famosa técnica de pintura por puntos es similar al proceso de impresión CMYK de cuatro colores que utilizan las impresoras a color en la actualidad, en el que se combinan el cian (C), el magenta (M), el amarillo (Y) y el negro (K) para producir diferentes colores. ¡Esta es la tecnología que utilizamos para crear nuestras impresiones giclée de calidad de museo!